La
fecundación o fertilización es un fenómeno que consiste en la activación del
ovulo por penetración en él del espermatozoide, y en la fusión de los
pronucleos, de ambos con la consiguiente restauración del numero diploide de
cromosomas (46) y consiguiente mezcla de los caracteres hereditarios paternos y
maternos. En otras palabras la fecundación es la unión de dos elementos
sexuales (gametos)
La
fecundación está condicionada por una serie de factores, como el número de
espermatozoides (50 a 150 millones por ml de semen), ya que un elevado número
de estos son fagocitados por los leucocitos femeninos en plena luz uterina.
Además, la supervivencia máxima de los espermatozoides en el moco del cuello
uterino es de 96 horas. Un número importante de espermatozoides
llegan a la trompa uterina (Falopio) donde, en su tercio externo próximo al
ovario, es donde habitualmente se produce el encuentro con el ovulo y por tanto
la fecundación. Además el número de espermatozoides también condicionan la
fecundación la duración del ciclo vital de los gametos, así como su capacidad
de progresión o de alcance.
Los
espermatozoides producen sustancias que facilitan la fecundación al producir la
lisis o rotura de las envolturas ovulares. Al tocar la cubierta ovular
generalmente solo un espermatozoide queda adherido a la misma, rompiendo a la continuación
de la cubierta e introduciéndose en el interior del ovulo. El ovulo sufre una
serie de cambios que imposibilitan la entrada de nuevos espermatozoides. Una
vez dentro, el pronucleo haploide de espermatozoide se acerca al del ovulo y se
fusiona con él, formándose el huevo o zigoto y restaurándose el numero diploide
de cromosomas. Comienza entonces la división del huevo o zigoto que constituye
la denominada segmentación.
El
huevo humano complementa su primera división de segmentación que da lugar a dos
células diploides, hacia las 30 horas después de ocurrida la fecundación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario