La mujer desde la niñez se prepara física y psicológicamente para el proceso que trae consigo el embarazo y para contener en su útero a su hijo, por lo que el embarazo no deja de ser un período normal en la vida reproductiva de la mujer.
Durante el embarazo la gestante experimentará modificaciones anatómicas y fisiológicas, que no son síndromes o signos de enfermedad, sino las manifestaciones de estos cambios anatómicos y fisiológicos, la mayoría de los cuales revertirán durante las etapas del puerperio y la lactancia.
El útero: aumenta de 500 a 1.000 veces su capacidad y pasa de pesar unos 60 gr. a 1.000 grs. al final del embarazo. En el cuello uterino se forma el llamado tapón mucoso (formado por moco muy espeso y adherente) que va a sellar el conducto endocervical, evitando de esta forma el paso de bacterias u otras sustancias hacia el interior del útero, este tampón mucoso se expulsa cuando se inicia la dilatación cervical antes del parto.
La vagina: aumenta su elasticidad y aumenta la secreción de flujo, como consecuencia del aumento en la vascularización de la vagina y el cuello del útero durante el embarazo por el efecto vascularizante de la progesterona, se nota que la mucosa de estas estructuras se vuelve de un color violeta. A este cambio azulado de la mucosa vaginal y del cuello del útero se lo conoce como el signo de Chadwick.
Las mamas: Las mamas adquieren mayor sensibilidad y comienzan a crecer ligeramente, la areola alrededor del pezón adquiere más pigmentación y pueden observarse los vasos sanguíneos por debajo de la piel. Son cambios normales que indican que el pecho se está preparando para la lactancia, las mamas dejan salir una serosidad clara, acuosa y a veces teñida de amarillo, o bien un liquido pegajoso con un núcleo amarillento en el centro de una gota clara, el calostro.
Pared Abdominal: El ablandamiento del abdomen depende del crecimiento del útero y este comienza a partir del cuarto mes, en la primera mitad del embarazo las paredes abdominales aumentan de espesor por el acumulo de grasa, y se verifica simultáneamente una activa preparación progresiva del espacio abdominal; debido a este crecimiento en las capas de la piel ocurre desgarros (estrías) y aparecen manchas de color pardo rojizo, durante la gestación la fosita umbilical disminuye poco a poco de profundidad y acaba desapareciendo por completo, de modo que la cicatriz umbilical se aplica directamente a las paredes abdominales.
Sistema Respiratorio: El tórax y el abdomen cambian su configuración por el crecimiento del útero, produciéndose un desplazamiento del diafragma. Sin embargo, estas modificaciones sólo producen una leve reducción de la capacidad pulmonar total, ya que el desplazamiento del diafragma es compensado por el incremento del diámetro transversal de la caja torácica.
La respiración durante el embarazo es fundamentalmente costal. Esto se puede observar con facilidad en la posición sentada.
Sistema Cardiovascular: El corazón se desplaza hacia la izquierda y hacia arriba, se produce así mismo aumento marcado del volumen sanguíneo, apareciendo anemia, estancamiento de sangre en las extremidades inferiores, produciendo edemas y formación de varices. El útero también ejerce presión sobre la vena cava inferior (sobre todo cuando la mujer está boca arriba) produciendo disminución de la tensión arterial, con síntomas de mareo, palidez y frialdad. Aumenta la frecuencia y el gasto cardíaco, ocurre un Aumento del volumen de sangre lo cual provoca una disminución en las concentraciones de hemoglobina y se traduce en anemia fisiológica de la embarazada.
Sistema Gastrointestinal: Los problemas gastrointestinales aparecen casi al comienzo de la gestación y se deben en gran parte al incremento de las cifras de la hormona progesterona. Se relaja el músculo del útero para permitir su expansión por el crecimiento fetal y a la vez disminuye la movilidad gastrointestinal, para permitir una mejor absorción de los nutrientes. Esto suele ocasionar estreñimiento.
Los cambios psíquicos suelen aparecer en tres períodos o etapas a lo largo del embarazo: Primer trimestre:Esta es una época de gran inseguridad emocional y estrés, aparecen dudas sobre la realidad del embarazo o sobre si éste llegará a término o no.
Segundo trimestre:Es un período caracterizado por la estabilidad, adaptación y seguridad. Es en este periodo cuando comienza la comunicación entre madre e hijo aparecen los antojos aumente el apetito sexual se observa un aumento con respecto al primer trimestre.
Tercer trimestre:Este período se caracteriza por la sobrecarga, generalmente comienza con un sentimiento de tranquilidad y suele desaparecer el miedo hacia la normalidad o no del hijo, quedando únicamente reducido al temor del momento del parto y de que éste produzca o no sufrimiento al hijo, también es corriente que la mujer en este último período suelen sentirse poco atractivas, patosas y les preocupa el no gustar a su pareja. En cuanto a las relaciones sexuales suelen disminuir de nuevo en este periodo.